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martes, 20 de enero de 2015

ÁNGEL SANMARTÍN: "NO HAY IMPEDIMENTOS PARA PRODUCIR EL CAMPO".

“Existen personas altas que no tienen amigos, yo soy afortunado por tener varios”,  Ángel Faustino Sanmartín Espinoza, 43 años, nacido en la parroquia Chicaña del cantón Yantzaza.

Su alma de niño y sus ganas de vivir minuto a minuto lo destacan. Enfrenta el reto de habitar en un mundo construido para personas con determinada talla. Le gusta su trabajo y asegura que su baja estatura no es obstáculo para desarrollarse en la sociedad. Mide 1.25 metros tiene acondroplastia; es una persona pequeña.

Conforma una familia de 7 hermanos, y es el único que adquirió aquel desorden genético, pues a decir de su madre  María Clemencia,  en aquel tiempo no pudo hacerle ningún tipo de exámenes médicos, lo que sí afirmó es que su abuela tenía baja estatura y por ello asimilaron que fue un caso hereditario.

Angelito, es un gran ser humano, amigable, sociable y trabajador, así se describe, pues desde los 14 años se ha desenvuelto en diferentes trabajos; minero, ayudante de bodega, trabajos de limpieza, albañil… actualmente es viverista. Gracias al vivero agroforestal de la Junta Parroquial de Chicaña en convenio con el Gobierno Provincial,  cuida a más 8 mil plantas, entre cacao, café, cítricas, medicinales.

Dice sentirse agradecido por la oportunidad de laborar en el vivero, pues indica que el aprendizaje ha sido fructuoso, “ahora ya puedo injertar cacao”, dice entusiasmado. A lo que resalta que a diferencia de otros Prefectos, la autoridad actual le dio vida a su parroquia, pues asegura que los proyectos de producción, vialidad y emprendimientos han fortalecido a su comunidad.

Es amante a la música, a la tecnología y al deporte, gusta jugar al indor, pues su estatura le permite escabullirse fácilmente entre sus contrincantes. Vive solo en una humilde casa que con esfuerzo construyó,  sin embargo la mayor parte del tiempo  lo pasa con su madre. Le preguntamos: ¿ha sentido alguna vez rechazo social?, “siempre hay malos comentarios y malas personas pero no hago caso,  yo me siento bien con mi cuerpo, y Dios me quiere así”, respondió. 

“Algunos me dicen especial, otros discapacitado”, nos cuenta, pero aquellas palabras parecen no importar, pues su objetivo está centrado en continuar trabajando en el vivero, señala que de esta forma se beneficia Zamora Chinchipe, por ejemplo citó que está en marcha un proyecto medicinal, con una planta llamada estebia: propicia para combatir la diabetes, “estamos contentos de poder servir a la comunidad, es un orgullo trabajar para mi provincia”, resalta.

Ángel reconoce que algunas cosas como; cambiar un foco, subir al bus, o manejar un auto le resultan complicadas, sin embargo resalta que hay formas para reemplazar esas actividades complementándolas con otras, por ejemplo para movilizarse nos cuenta que adaptó una bicicleta a su tamaño y que se compró una moto cuadrón para los viajes más largos, “todo está en nuestra mente, si queremos surgimos…”.

El mejor valor para él es la amistad, comenta que tiene más amigos pequeños que grandes, los detalles, los chistes, las anécdotas, las ocurrencias y la transparencia han hecho de Ángel un personaje comprometido con la sociedad, la familia y sobre todo Dios. Con esto coincide Luis Torres, técnico del Gad Provincial, quién lo conoce más de dos años, “mientras realizamos el trabajo en el vivero, pasamos alegres, riendo, gracias a él y su carisma”, señala, a la vez que lo define como una persona ejemplo a seguir por su alta autoestima.